lunes, 31 de enero de 2011

cap 6 LA PRIMERA NOCHE

Hacía demasiado calor en el taxi que los llevaba de vuelta al hotel, las ventanas estaban bajadas y el aire acondicionado no estaba puesto, aunque _________ acabó por dirigir toda su atención al hecho de que Tom estuviera sentado con las piernas abiertas, algo que normalmente hacían los hombres, pero con aquella postura le estaba rozando la rodilla con la suya. Era una locura pensar cómo una caricia tan ínfima como aquella la hacía sentirse tan excitada también.
No hablaron en todo el trayecto. El taxista llevaba puesto algo de música tecno y aquello hacía que el asiento del coche palpitara justo debajo de ella. Pero cuando atravesaron el enorme vestíbulo con olor a flores del hotel Venecia unos minutos más tarde, Tom le dijo que fuera a su habitación al día siguiente por la mañana. Pedirían el desayuno allí en el cuarto, le había dicho, y después pasarían el día estudiando varios de los contratos de Blue Night. Así, ella aprendería las cosas que podía ofrecer, o los términos en los que se podía ser flexible y en los que no.
A ella le gustaba el sexo, desde luego, pero nunca había sido una mujer de las que sienten hambre de sexo. Hambre sin ton ni son, como si simplemente tuviera que hacerlo y se viera dispuesta a aceptarlo viniera como viniera. Pero era así como se sentía repentinamente en los confines del ascensor, en donde la testosterona del ambiente parecía ascender en forma de remolino. Era así como se percibía después de haber pasado solo un par de horas con Tom Kaulitz. Ella sabía que él era un hombre atractivo, ¡pero no podía creer estar sufriendo una reacción tan alocada por él. Cuando él la acompañó hasta la puerta, ella se dio la vuelta para mirarlo y lo encontró muy cerca de ella, con la mirada en su boca. Aquello hacía que ella deseara besarlo. Que lo deseara de verdad.
Deseaba besarlo, presionarse contra él, frotar el cuerpo contra el suyo, y todo aquello le parecía lo más natural y sensato que hacer.

Y cuando él levantó los ojos hacia los de ella, las cosas solo fueron a peor. Porque la expresión de su cara le decía que si ella decidía besarlo en aquel momento, él iba a corresponderle. Estaba tan cerca que ella casi podía sentirlo sin tocarlo, y su almizclada fragancia masculina le invadía todos los sentidos.
«Pero besarlo sería una estupidez, una estupidez, una estupidez. Tienes que trabajar con él día y noche durante toda una semana, puede incluso que más. Y estás robándole su trabajo. No puedes besarlo».
—¿Estás preparada para esto? —le preguntó él. Notó cómo se inundaba su vulva ante la posibilidad.
—¿Para qué?
—Preparada para entrar al en el mundo de un representante de A&R —le dijo él suavemente.
—Oh, por supuesto que sí —le contestó con una airosa rapidez, y se sintió al mismo tiempo aliviada y decepcionada, como si la hubieran apartado de un empujón del precipicio sexual en el que había estado asomándose.
—Que descanses bien.
«No existe probabilidad de que así sea».
—De acuerdo.
—Y nos vemos por la mañana.
—Sí, claro —le murmuró ella mientras Tom le cogía la tarjeta llave de su mano, un momento en el que sus dedos se rozaron, y le abrió la puerta.
—Buenas noches —le dijo con suavidad.
—Buenas noches.

Y entonces, ella se encontró colándose dentro de la habitación cerrando la puerta, y él ya se había marchado, y ella tenía la clara sensación de que había acabado en la habitación equivocada. O que él lo había hecho. En cualquier caso, deberían haber ido juntos a una de las dos habitaciones y haber follado como animales.
Y aun así, mientras se quitaba la ropa y se deslizaba dentro de un camisón de algodón blanco y unas braguitas nuevas —porque las otras estaban empapadas— deseó quedarse rezagada en su imagen. Y cuando estaba de pie ante el enorme espejo del cuarto de baño, lavándose la cara y cepillándose los dientes, fue atentamente consciente de que sus pezones, duros y sensibles, sobresalían a través de la tela de su camisón, y que su vulva, dilatada por la necesidad, volvía a humedecer sus braguitas. Y mientras se metía bajo las lujosas sábanas, se encontró a sí misma perdida en una confusión de imágenes: visiones de Tom Kaulitz y ella, con los cuerpos desnudos y entrelazados.
Pero entonces, _________ se acordó de cómo debía afrontar las situaciones difíciles. No debía dejar que la obsesión de todo la abrumara, debía ocuparse de un problema cada vez. Y el problema que tenía en aquel preciso instante era el de dormir, tener una perfecta noche de descanso. Así que se mordió el labio y dejó que su mano se deslizara bajo las sábanas y le cubriera su monte. Lo cubrió, y se sintió aliviada por tener alguna sensación ahí abajo, finalmente. Deseó, de repente, que hubiera sido lo suficientemente valiente como para comprarse un vibrador, y lo bastante inteligente como para viajar con él. Deseaba tener algo dentro de ella, en lo más profundo de su interior.
Dio vueltas a su dilatado clítoris con dos de sus dedos, delante de su vulva, y dejó que el placer la invadiera. Suspiró y se lamió el labio superior, necesitaba más. Aun así, no lo lograba, por lo que volvió a recurrir a sus fantasías. Imaginó cómo sería si Tom pudiera observarla en aquel momento. Imaginó que él fuera consciente de ser el culpable de todo aquello, de haber sido la persona que la había excitado tanto.
Se sintió extrañamente impaciente, así que se levantó de la cama sin ningún plan en mente. Caminó por la enorme habitación y de repente, se encontró a sí misma de pie ante el mini-bar. Ella no solía siquiera abrir la puerta del mini-bar, le indignaba que le sacaran a uno un riñón con el precio, pero eso era irrelevante en aquel momento. Echó un vistazo dentro, y divisó una hilera de botellas de bebida de vino con sabor tropical. Sacó una y le quitó el tapón, después, dio un largo sorbo, dejando que el alcohol le calentara el pecho.
Dejó la botella de vino en la mesa, se bajó las braguitas y las dejó caer al suelo, sacando los pies después. Se sentó en la moqueta, de cara a la ventana, con las piernas completamente extendidas. Todavía anhelaba que Tom estuviera allí con ella, acariciándola, follándosela, pero intentó convencerse a sí misma de la verdad de las palabras de su mantras. Ella no necesitaba un hombre, podía encargarse por sí misma de sus propias necesidades.
Observó atentamente las luces y acarició con sus dedos la separada abertura. Húmeda. Suave. Le dio un escalofrío, y después extendió la mano para agarrar la botella de vino. Seguía tocándose con una de sus manos, haciendo círculos con los dedos sobre su clítoris. Utilizó la otra mano para levantar la botella hacia sus pechos, y la sintió dura, fría y húmeda contra sus pezones.Los dedos de _________ se deslizaron dentro de los pliegues de su vulva, y la acariciaron más profundamente, y ella deseó poder sentirse a sí misma verdaderamente, toda ella, de la manera en la que un hombre podía explorarla. De la manera en la que Tom seguramente la exploraría.

Primero introdujo un dedo, después dos dentro de ella, y luego los movió dentro y fuera del cálido túnel. Oh, vaya, hubiera querido que fuera el coso de Tom, más grande, más dura, más firme y más poderosa que cualquier otra cosa que ella utilizara para darse placer a sí misma, incluso si hubiera traído un vibrador.

Un momento más tarde retiró los dedos, y los llevó de nuevo a su dilatado clítoris para dar vueltas sobre él, después se metió la mano dentro del camisón para tomar uno de sus pechos llenos en la mano. Después, bajó la pequeña botella entre sus muslos, presionando con fuerza.

Sí, Dios. Estaba tan fría, y era tan maravillosamente dura... Un poco demasiado grande y ancha, pero aun así le hacía sentir condenadamente bien mientras empezaba a moverse contra ella. En aquel momento se sentía sucia. Sucia de una manera que quería compartir con alguien. Porque ella temía que ser sucia consigo misma le podría hacer sentir bien sola, si lo permitía.

se imaginó de nuevo que Tom estaba con ella. No solo que estaba con ella, sino que estaba diciéndole qué debía hacer. «Mueve la botella arriba y abajo sobre tu vulva. Así es. Más rápido. Más rápido. Sí».

«Ahora, retírala a un lado. Retírala y derrama un poco de vino sobre tu vulva. Para hacer que te sientas incluso más mojada».

«Tócate, _________. Acaricia tu vulva con tus dedos».

Lo hizo. Ahora estaba muy mojada. Como él quería.

«Sí, así es. Desde el fondo, recorre todo el camino hasta arriba. Presiona tus dedos contra tus pliegues húmedos. Siéntete. Siéntete».

«Ahora frótate el clítoris para mí».

«Empuja contra él». Obedeció. «Frótate con más fuerza, con más fuerza. Hazte alcanzar el éxtasis. Mira aquellas luces, imagina todas las cosas sucias que está haciendo la gente ahí fuera, y alcanza el éxtasis con más intensidad que nunca»…

5 comentarios:

  1. :O omg muerooooo nooo es que es buena tu fic no dmc buena xD bastante hot 8: yo quieor una noche con tom si pss nu solita :c please sube luegoo bye cuidate

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  2. :Q___________________ o por dios me acabo de leer todos los capis y me e quedado imprecionada la primera noche sin tom es algo que aaaaaaaa yo sola pudo si pero hay yo quiero a tom sube pronto el el 7 me muero de ancias

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  3. hola nna te pasas me vas a dejar trahumada y sin imaginacios pero sube mas jijij te kiero bye

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  4. madre mia!!! Ö
    este capi estuvo hot hot!!!
    debes subir mas y mas seguido hazlo si?

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  5. ajjajajaja q hot ay dios snti cositas jajajajja tommmm a una noch sin ti kasjkajskajs es un pwkadoooooooooooooooooooooo ahhhhh me muero sta geniallllllllllllllll

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