martes, 15 de febrero de 2011

cap 21

despues d esto la cuarta noche :D


Ella no tenía ni idea de lo bien que se había sentido él la noche anterior.
Tom estaba acostumbrado a despertarse con una mujer a su lado, pero cuando se dio la vuelta en su almohada y encontró a _________, su polvo apasionado en la bañera le vino de nuevo a la mente. Era la primera mujer con la que tenía relaciones sexuales sin utilizar preservativo desde que había dejado a Angie, hacia muchísimo tiempo ya. Le pareció como toda una eternidad. No lo había hecho a propósito. Simplemente se había metido en la bañera, la había invitado a entrar con él y de alguna manera durante el proceso se le había ocurrido que no tenía una goma en ningún lugar que estuviera al alcance de la mano.

Y quizás había sido injusto no señalar aquello, no recordárselo a ella, ya que estaba claro que también se había olvidado del detalle, pero él no. Porque cuando ella se deslizó sobre él tan húmeda, tan tensa, cuando él sintió aquella vulva cálida y tersa colgando sobre su miembro, piel contra piel, simplemente no tuvo la fuerza de dejar de sentirla. Él sabía que estaba sano, porque siempre había tenido cuidado hasta aquel momento. Y estaba condenadamente seguro de que _________ también lo estaba, estaba muy seguro de que era el primer hombre al que se follaba después de haber dejado al cabrón de su marido. Y él sabía que ella estaba tomando la pastilla anticonceptiva, porque lo había mencionado entre las cosas que tenía que hacer el día anterior por la mañana cuando se fue de vuelta a su habitación para prepararse para la reunión del desayuno con Blush. Él le había sugerido que las llevara en la cartera para que no tuviera que escabullirse a su habitación en el futuro. Justo en el momento en el que pensaba aquellas cosas, ella abrió los ojos.
Y él miró hacia otro lado. No estaba seguro de cuál era la razón, pero supuso que no quería que lo pillara mirando mientras ella dormía. Había algo en ello que le parecía... bueno, como si fuera otra persona, como si no fuera propio de él.
Solo cuando ella se estiró y bostezó, él se dio la vuelta para decirle:
—Eh, nena.
Su sonrisa somnolienta iluminó la habitación.
—Eh —definitivamente, tenía el aspecto de una mujer que había recibido mucho placer la noche anterior, y aquella idea hizo que su pene volviera a la vida debajo de las sábanas.
—¿Tienes que tomarte tu pastilla?
Ella gimió con suavidad.
—Oh, vaya, gracias por recordármelo. Pensé que podría dejármelas después del divorcio, pero hacen que me baje la regla con regularidad —y, levantándose de un salto de la cama, contoneó su precioso cuerpo desnudo hacia la zona del salón, donde él supuso que habría dejado la cartera la pasada noche. Observó su dulce y redondo trasero bamboleándose y un momento más tarde, la vio regresar, con sus bonitos pechos —y unos pezones que ya estaban erectos— balanceándose de un lado a otro mientras caminaba.
Cuando echó un vistazo al reloj, él también lo hizo y joder, ¡era casi mediodía!
—Mie*rda —dijo él. —Menos mal que no tenemos nada planeado para hoy.
Ella se sentó al borde de la cama.

—Entonces, ¿qué vamos a hacer?
Tom reflexionó sobre aquella pregunta.
—Esta noche, tenemos que hacer algunas paradas en unas cuantas discotecas más, pero podemos aprovechar la tarde para hacerles una visita a algunos de mis contactos en el Strip. Y quizás podamos hacer algo más mientras tanto.
—Suena bien —le dijo ella y a él le pareció adorable la manera libre y fácil con la que se repantigaba completamente desnuda. Aquella no era en absoluto la manera en la que había imaginado a _________ antes de aquel viaje, o incluso después de la primera noche que habían pasado en la cafetería francesa.
—Y tú eres una pequeña y buena chica —añadió él. —Quizás podamos ir a ver algunos monumentos. Lo que aquí significa hacer turismo por los hoteles. No es que suene tan excitante, ya lo sé, pero algunos de esos lugares son bastante espectaculares.
Ella ladeó la cabeza, en un gesto coqueto.
—Solo hay un problema con ese plan.
—¿Cuál es?
Ella negó con la cabeza, y su pelo revuelto por la cama cayó enmarcándole la cara.
—No soy una pequeña y buena chica.
Mientras recorrían el tramo que llevaba al extremo sur del Strip, Tom llevó primero a _________ de vuelta al hotel París. Él se acordó de que a ella pareció gustarle el ambiente de Mon Ami Gabi, y había muchas más cosas que ver allí.

La llevó por el casino, que estaba situado bajo la base de una imitación de la Torre Eiffel y flanqueada por falsas calles parisinas repletas de cafeterías y pastelerías. Ya que se habían perdido el desayuno, se detuvieron en una de las panaderías francesas y compraron unos cruasanes hojaldrados y recién hechos.
—Mmm —ronroneó ella, al dar el primer bocado en la pequeña mesa de la cafetería en donde se habían sentado. —Está divino.
Él no pudo evitar esbozar una sonrisa, porque su suave y pequeño gemido le recordó el momento en el que la acariciaba, justo cuando empezaba a excitarse.

Desde el París, se aventuraron a través de la carretera que llevaba a la grandeza del Bellagio, otro hotel de temática italiana, famoso por sus «fuentes danzantes» que se alineaban en Las Vegas Boulevard. Aunque todo aquel lugar era muy lujoso —y dio por hecho que a _________ le gustaba lo lujoso— la había llevado allí principalmente para que viera el techo de cristal del escultor estadounidense Dale Chihuly, una obra compuesta por cientos de piezas de vidrio soplado, con discos de cristal de colores alegres que se suspendían sobre el vestíbulo.

—Oh, Dios mío —dijo ella, y echó la cabeza hacia atrás para poder mirar hacia arriba. —Podrías quedarte todo el día mirando esto y aún así descubrir cosas que no habías visto antes. Es increíble. Ojalá pudiera tumbarme en el suelo y quedarme un rato observándolo.

Tom sonrió ante su entusiasmo infantil y después echó un vistazo a su alrededor.

—Tengo una idea mejor —la cogió de la mano y la llevó hacia uno de los lujosos sofás que había bajo la escultura colgante y se sentaron allí. —Túmbate aquí, a mi lado, y descansa la cabeza en mi regazo. Así, no tendrás que preocuparte de que te pise nadie.

A ella le entró la risa, y después hizo lo que Tom le había sugerido. Se tumbó allí y dejó que sus mechones rojizos cayeran sobre su muslo. Él observó sus ojos verdes y brillantes, mientras ella exploraba los colores y las formas que se veían arriba, hasta que finalmente concluyó:

—Podría perderme en todo esto. Es como... como algo que solo verías en un sueño.

Después de aquello, él la llevó un poco más lejos hacia arriba del Strip, cruzaron la Tropicana Avenue hasta llegar al Excalibur, donde ella pareció disfrutar mucho del tema medieval; y luego pasaron por el Luxor, el hotel con forma de pirámide; y por el elegante Mandalay Bay, donde visitaron el tanque de tiburones y se detuvieron para jugar un poco a la ruleta. Él nunca había visto a nadie divertirse tanto al ganar diez dólares en aquel juego como lo hacía _________.

Por supuesto, en cada parada, aprovechó la oportunidad de colarse en un bar o en algún salón en donde conocía a alguien —para preguntar si habían visto últimamente a un grupo que mereciera la pena escuchar— y conseguir un par de pistas. También presentó a _________, y explicó que estaba uniéndose a él en los deberes como representante de A&R deBlue Night. Siempre ahorraba una noche o dos en viajes como aquel para hacer averiguaciones sobre los artistas que conocía, y empezó a tomar notas mientras iban del tramo del Mandalay de vuelta al Excalibur; después cogieron el paseo elevado que llevaba del Tropicana Avenue hacia el New York, New York.

Cuando vagaban por las calles sinuosas que había dentro del centro turístico, _________ le preguntó:

—Entonces, ¿está este lugar a la altura de Nueva York?
El se encogió de hombros.
—Es... un facsímil divertido. No te hace sentir exactamente como en casa, pero supongo que es lo más parecido que puedes encontrar en este lugar del país.
Después de pasar unas pocas horas recorriendo hoteles y estableciendo contactos, _________ anunció que estaba hambrienta, por lo que se detuvieron en una charcutería de una de las falsas avenidas del New York donde se vendían bocadillos, y se sentaron por allí para comérselos. A Tom le chocó la idea de lo mucho que se estaba divirtiendo. Solo comiéndose un bocadillo improvisado con ella. Dando una vuelta con ella y enseñándole cosas que nunca antes había visto. Observando la manera en la que se encendían sus ojos con asombro a cada punto en el que se detenían.
Supuso que ya estaba tan acostumbrado a las mujeres de plástico que _________ le parecía una agradable innovación. De hecho, nunca había pensado en esas mujeres de aquella manera —como plástico—> pero parecía describir muy bien a las mujeres con las que solía acostarse. No es que hubiera nada de malo en ellas, pero _________ era tan diferente, tan abierta, estaba tan deseosa por dejar revelar sus inseguridades. Y la manera en la que su comportamiento recorría toda la gama, desde una ninfa del sexo sucia y ansiosa hasta una inocente con los ojos abiertos de par en par; joder, aquello solamente los hacía parecer a los dos tan... bidimensionales. Únicos. Irreales.

1 comentario:

  1. mmmmmmmmmmmmta sera que tom se esta enamorando de ella yo creo quw si esta genial sigela nena vela kisses

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