miércoles, 2 de febrero de 2011

cap. 9 LA SEGUNDA NOCHE

Justo entonces, Blush salió a la vista y Tom tiró de su mano hasta meterla en la masa que se concentraba delante del escenario. Al instante, estudió a la banda con una sola mirada: eran magníficas, incluso convencionalmente vistosas, eran sexys y lo sabían. Estaban sumergidos en un ambiente seguro, en su música.
Las cuatro mujeres jóvenes variaban en aspecto, pero todas ellas rondaban los veintitantos y llevaban unas camisetas escasas que revelaban un amplio.
—¿Qué te parece? —le preguntó Tom a _________ al oído, ahora estaba de pie justo detrás de ella.
Ella mantenía los ojos puestos en la cantante, le daba miedo mirar a Tom, en caso de que lo besara accidentalmente o algo parecido. Todo el cuerpo le hervía de deseo.
—Un poco duras de tono, pero seguras y condenadamente sexys. Tienen el control del público y saben cómo surtir efecto en ellos —a pesar de la intoxicación que corría por sus venas, su cerebro continuaba trabajando. —Podríamos sacarlos al mercado como una Courtney Love más elegante, más marchosa y más moderna.
Pero entonces, giró la cabeza para mirarlo, porque no tenía ni idea de si estaba hablando en la dirección correcta o si, por el contrario, parecía una auténtica novata, y quería saber cuál era su honesta reacción.
Sus ojos brillaban cálidos sobre ella.
—Muy bien.
Pero entonces, él llevó la mirada hacia su boca.
Y ella sintió cómo su vulva sufría espasmos.
Así que se mordió el labio y movió la cabeza de nuevo hacia delante, para observar a la banda.
—¿Qué te dice la multitud acerca de la banda? —le preguntó Tom cerca del oído. Pero su voz se había vuelto un poco más baja ahora, algo más ronca. La sensación de su respiración sobre la piel le daba escalofríos más abajo.
A un lado de ella había una pareja joven que hubieran podido vivir perfectamente en la puerta de al lado de su casa —una pareja normal, de clase media— y que bailaban salvajemente. Al otro lado encontró una chica que llevaba el pelo rosa, y estaba envuelta de negro de la cabeza a los pies. Y ella supo enseguida la respuesta.

Solo que esta vez, en lugar de girar la cabeza hacia Tom, simplemente la echó hacia atrás y la apoyó sobre su hombro para hablarle al oído.
—Fanáticos que rinden culto a un tipo de música que convertirán en comercial, una música que llama la atención de diferentes grupos de personas.
Una vez más él le dijo:
—Muy bien —pero también otra vez, su voz se hizo más baja y sus ojos se oscurecieron cuando bajó la mirada hacia ella, y hubiera sido condenadamente fácil besarlo en aquel momento porque sus caras, sus bocas, estaban peligrosamente cerca.

Así que _________ volvió a levantar la cabeza rápidamente, y observó al grupo.
Aunque todavía observaba la multitud, su mirada se quedó rezagada en dos chicas que estaban besándose apasionadamente, dándose el lote muy cerca del escenario. Ambas eran jóvenes y guapas, no particularmente góticas y, si ella tenía que suponer, no eran realmente lesbianas. De hecho, sospechaba que los dos chicos guapos que había a su lado y que estaban mirándolas con lujuria eran sus respectivos novios. Tenían los ojos cerrados, y sus lenguas se encontraban en un abandono lánguido mientras sus manos recorrían acariciadoras el cuerpo de la otra. _________ no quería seguir mirando, pero había algo en aquella escena que la hipnotizaba. Y a pesar de su conmoción, no podía evitar sentirse un poco excitada por la descarada sexualidad del acto. Justo como aquellas estúpidas vallas publicitarias en movimiento, no quería sentirse excitada por ello, pero para asombro suyo, realmente lo estaba.

—¿Te excita eso?

Dios, ¿qué estaba haciendo? Después de todo, había decidido que era más seguro no volver a hablar más. Aun así no podía evitar sentir algo de curiosidad. Quería saber lo que él sentía, anhelaba comprender la manera en la que él veía las cosas. Las cosas sexuales.
—Sí —dijo simplemente. Directo, como lo había hecho durante su conversación la noche anterior.
Ella se mordió el labio, sus pechos parecían abultarse dentro de las copas de su sujetador. Él también estaba excitado, en aquel momento, en aquel lugar, cerca de ella.
¿Significaba eso que estaba empalmado? Ella sufrió la necesidad de comprobarlo por sí misma, alargar la mano y presionarla delante de sus pantalones.

—Dime por qué —le murmuró en lugar de eso.
Él observó a las chicas durante un momento más, lo que hizo que _________ volviera también a dirigir su mirada hacia ellas, y finalmente giró la cabeza para mirarla directamente a los ojos.
—Hay dos pares de todo. Dos pares de labios suaves y femeninos. Dos pares de pechos redondos. Todas esas curvas... moviéndose al unísono. Me gustan las mujeres que son lo suficientemente libres como para seguir sus necesidades, perder sus inhibiciones.

Volvió a dirigir su atención hacia el escenario cuando Blush comenzaba una nueva canción con un ritmo erótico y sexy. No la conocía, así que supuso que era original. Y como la última canción, al parecer como la mayoría de sus canciones, hablaba de sexo.
Y mientras pasaba el tiempo, se sentía menos asqueada de lo que se había sentido la noche anterior, y más fascinada.

Todo el bar parecía palpitar con el ritmo ahora, y _________ movia las caderas hacia delante y hacia atrás, rodeándose de los embriagadores acordes.
Debería haberse sentido alarmada cuando sintió las manos de Tom sobre sus caderas, pero no lo hizo. Era demasiado increíble sentirse acariciada por él, incluso justo de aquella pequeña manera, el placer la invadió con rapidez.
Y entonces, entonces, «oh, sí», estaba presionándola desde detrás, lo suficiente como para que ella se diera cuenta de que estaba excitándose contra su trasero. Aquello le parecía un sueño, una fantasía, pero era escandalosamente real.

En el oído, él le habló con un tono de voz áspero: —Baila conmigo, _________. Muévete conmigo.
Hubiera sido más inteligente apartarse, o decirle que estaban en aquel lugar por cuestiones profesionales, haciendo un trabajo. Que todo aquello era un error.
Pero simplemente no podía hacerlo. El sonido de la canción la embriagaba cada vez más. El alcohol que consumió le hacía cada vez más efecto. Estaba embriagada de Tom Kaulitz, y lo estuvo durante las últimas veinticuatro horas. Y había intentando comportarse con inteligencia, ser más fuerte que la lujuria, pero todo aquello la estaba consumiendo

2 comentarios:

  1. OMG :O :Q______ y todas las caras de asombro y baba xD osea es qe muero con tu fic Tom es tan sexy y ella nu se queda atras please sube el 10 porfis pronto bye cuidate

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  2. ah me muero kasjasjaksjkajs tom pegat mas q hotttttttttttttttt a malditas lesbianas loq probokn me enknta mor mor mor :O______________

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